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lunes, 10 de noviembre de 2014

Mamá puso un huevo

Cuando comenzamos nuestro proyecto "Esta es mi historia", al hablar sobre lo que sabemos y lo que queremos saber, surgió la siguiente duda: sabemos que los bebés crecen dentro de la tripa y sabemos cómo salen, pero y ¿cómo hacen para meterse dentro de la barriga de la mamá?
Teníamos que averiguarlo, así que hoy, por fin, hemos recibido nuestra primera clase de educación sexual.
Algunos tenían alguna noción sobre el tema, porque se lo había explicado su mamá, pero les daba vergüenza contarlo. Es curioso como, a pesar de la inocencia propia de estas edades, ya se nota en los niños un cierto tabú al hablar de estos temas. Esto se debe a que los adultos sentimos aún pudor a la hora de hablar de sexualidad y, aunque no nos demos cuenta, transmitimos ese pudor en la forma de expresarnos cuando les intentamos explicar ciertas cosas.
Sin embargo, es muy importante que respondamos a sus preguntas cuando surgen. Veamos algunas pautas para hablar de sexo con los niños.
  • No vale decirles "ya te lo contarán en el cole", "ya lo aprenderás cuando seas mayor" o "pregúntale a tu padre/madre".
  • Y, mucho menos, nunca debemos reprenderle por preguntar sobre ello ni hacerle ver que es algo feo o sucio.
  • Tanto en este tema como en cualquier otro, si preguntan por algo es porque andan dándole vueltas en su cabecita, por lo que necesitan una respuesta cuanto antes. Si no contestamos o tardamos demasiado en hacerlo, buscarán respuestas en otro lado. Y siempre será mejor que seamos nosotros la fuente de su conocimiento, pues todos conocemos los riesgos que entraña una información errónea o inapropiada.
  • Del mismo modo, en éste como en otros temas, es necesario dar una respuesta adaptada a su capacidad de comprensión.
    •  Si respondemos de un modo demasiado técnico o muy científico, no lo entenderán, y buscarán en otro lado.
    • Si somos demasiados simples en nuestra explicación, no satisfaremos su curiosidad, y también buscarán en otro lado.
    • Si evitamos responder o demostramos vergüenza o incomodidad hacia el tema esto, además de no satisfacerles, hará aumentar aún más su curiosidad y, por supuesto, les hará ir a otra parte en busca de respuestas.
  • Lo más apropiado es:
    • Utilizar un lenguaje correcto; si llamamos "cabeza" a la cabeza y "brazos" a los brazos, no hay ningún problema en llamar "vulva", "pene", "vagina" o "testículos" a estas partes del cuerpo. Las palabras "pilila", "pocheta", "huevillos", etc. solemos pronunciarlas acompañadas de una risilla y unos gestos que ya denotan algún pudor y ellos detectan que es algo "diferente", con un cierto tabú. 
    • Unido a lo anterior, intentemos hablar de todo ello con naturalidad, como una parte más del cuerpo y de las relaciones humanas.
    • Pero la naturalidad no implica restarle importancia. Las relaciones humanas son un aspecto importante en la vida de las personas y no se deben abordar como algo superficial o frívolo.
    • Responderemos sólo a lo que nos preguntan, sin adelantarnos a su curiosidad y sin abrumarles con excesiva información. Ellos mismos volverán a acudir a nosotros cuando les vayan surgiendo nuevas dudas.
    • Aprovecharemos momentos cotidianos o situaciones concretas para indagar sobre lo que saben, tentar su curiosidad y darles información veraz. Por ejemplo, durante el baño, cuando nace un bebé cercano (hermano, primo,...) cuando alguien de la familia o amigos se queda embarazada,...
    • Pero no nos adelantemos. Ellos mismos, con sus preguntas, nos indicarán cuándo están preparados para una explicación. 
Algunos libros pueden ayudarnos.
En clase hemos leído "Mamá puso un huevo o cómo se hacen los niños" de Babette Cole, editorial destino. Podéis verlo aquí
Pero hay otros, como No le cuentes cuentos de Carlos y Mario de la Cruz, editorial CEAPA que se acerca a otros aspectos como la reproducción asistida o la adopción.
Y si queréis más información sobre el tema, podéis consultar libros como Educación sexual de 0 a 6 años. Cuándo, cuánto y cómo hacerlo. De C, Hernández Sánchez del Río, editorial Narcea.

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